La Magia del Trabajo en Equipo

Para grandes transformaciones necesitamos unificar energías y valorar el trabajo en equipo, donde cada ser que compone la red colabora con sus capacidades y cualidades. La red es posible cuando se resignifican las individualidades que la componen, donde se comprende que para favorecer a otros/as, debemos valorarnos a nosotros mismos para así identificar nuestro aporte, nuestra entrega a compartir.

El trabajo en equipo es la amalgama de particularidades donde cada ser construye desde sus habilidades, sus experiencias, su historia, y con ello dar paso a la escucha constante de las necesidades a responder con aquellos que suman, que nutren y sin imposiciones u obligaciones, todos aprendemos, todos crecemos, todos avanzamos.

La sinergia de cooperación, confianza, comunicación, respeto, compromiso, y valoración que encontramos en la magia del trabajo en equipo, invita a la apertura de una atmósfera amorosa y de un profundo crecimiento personal y grupal sin límites.

El identificar las fortalezas de otros/as para avanzar hacia el cumplimiento de un objetivo en común, nos demuestra la necesidad de crear comunidad, de apoyarnos, ayudarnos mutuamente y recordar que solos podemos hacer mucho, pero junto a otros mucho más.

Las acciones colaborativas, favorecen toda articulación de ideas, propósitos y/o planes donde la intención radica en la coordinación y reflexión constante de todos los y las involucradas. Por esto podemos citar a Alejandro Magno que nos dice “Recuerda que de la conducta de cada uno, depende el destino de todos.” Esta reflexión nos invita nuevamente tomar consciencia de cómo nos desenvolvemos en y con nuestro equipo de trabajo.

El trabajo en equipo es un aprendizaje totalmente pertinente para facilitar en nuestros niños y niñas desde muy temprana edad, para así instaurar esta necesidad de socialización, pudiendo adquirir y fortalecer habilidades para su desarrollo integral.

El valorar el “Todos/as” sobre el “Yo”, puede ser un camino para que ellos comprendan la responsabilidad de construir junto a otros/as, edificando un nuevo paradigma de no competitividad. Para esto es necesario trabajar sobre la confianza, la seguridad en sí mismos, ya que de otra manera no podrán confiar en otros.

Al impulsar esta dimensión social en la infancia, estamos favoreciendo actitudes que los eduquen en valores, tales como: Solidaridad, Tolerancia, Integración, Confianza, Veracidad, Responsabilidad, Justicia, etc.

¿Cómo lo hacemos en nuestras clases?

  • Escuchando a quienes componen tu clase.
  • Creando responsabilidad en ellos/as.
  • Enseñando a tomar decisiones.
  • Promoviendo la reflexión, el pensamiento crítico.
  • Utilizando una metodología activa, donde los niños y niñas construyan junto a ti.
  • Fortaleciendo autonomía en sus quehaceres.
  • Facilitando experiencias que les entreguen seguridad emocional.
  • Valorando el sentido de pertenencia.
  • Sembrando el respeto por las diferencias.
  • Educando en la valoración de la igualdad.
  • Apreciando la defensa de las propias opiniones y el respeto por la de los demás.

Peggysue.S.S