Aumenta el bienestar de tus hijos y descubre como introducirlos a la meditación

La meditación siempre ha sido algo más relacionado con los adultos que con los niños; pero estudios recientes han mostrado los múltiples beneficios que le puede dar a los niños; por esta razón, está creciendo el interés de introducir a los más pequeños en esta práctica.
En la actualidad, los niños viven rodeados de estímulos, información, tecnología; esto provoca que, muchas veces, ellos pierdan su norte y se desconecten de su propia esencia; por esta razón, es de gran ayuda, tanto para los pequeños como para los adultos, aprender una disciplina como la meditación, que ofrece herramientas para conectarnos con nuestro ser interior y estar en contacto con la naturaleza.
Es lógico pensar que puede ser difícil introducir a un niño a la meditación, pero lo más difícil de esto es, en realidad, generar el hábito de practicarla, encontrando el tiempo necesario para ello; pero la buena noticia es que solo 10 minutos es suficiente para lograr resultados extraordinarios. Siguiendo las siguientes recomendaciones lograrás iniciar a los más pequeños de la casa en la meditación.
1. Controlar tus expectativas
Antes de comenzar a practicar meditación con los niños, tienes que estar consciente de que un pequeño de 5 o 6 años no estará 10 minutos meditando, así que no hay que obligarlos y déjalos que estén en actitud contemplativa lo que deseen, así sean dos o tres minutos.
2. Aprender a respirar
La respiración es esencial para la meditación y hay varios ejercicios que pueden enseñar a los niños a respirar, el más sencillo para iniciarlos en esto es el siguiente:
- Indícale al niño que se acueste boca arriba y ponga su juguete favorito sobre su abdomen.
- Pídele que inhale por la nariz y exhale por la boca, aquí se verá como su abdomen baja y sube.
- Debe repetir esto unas 10 veces.
- Añadir estímulos visuales o frases puede ayudar con este ejercicio.
3. Estimular su imaginación
Un paso esencial para introducir a los niños en la meditación es el ayudarlos a controlar sus pensamientos; para ello, puedes seguir los siguientes pasos:
- Mantén al niño sentado y pídele que esté con la espalda recta; si es necesario, que se apoye en una pared.
- Dile que cierre los ojos y que comience a imaginar cosas sencillas mientras inhala y exhala.
4. Constancia
Estos ejercicios que te indicamos deben practicarse con regularidad durante un par de semanas y, cuando estén más avanzados, puedes pedirle al niño que piense e imagine cosas más abstractas o complejas.
5. Compartir la experiencia
Cuando terminen las sesiones de meditación, sugiérele al niño que comparta sus experiencias; permítele que te cuente cómo se sintió, cuáles fueron sus sensaciones y qué aprendizajes cree que le dejó la sesión. Es sumamente importante que estés muy atenta a todo lo que él te diga.
Ten en consideración que la mejor forma de enseñar a un niño es a través del ejemplo; así que debes ser la primera persona en tener disciplina y constancia en la práctica de la meditación.